XV ANIVERSARIO DE ORDENACIÓN SACERDOTAL
Alegría, Felicidad Y Agradecimiento
Mi vida es una suma de experiencias, algunas muy positivas y otras, no tanto; una suma de aciertos y desaciertos: encuentros como también desencuentros, de aplausos como también de críticas, de abrazos como también de llantos, de debilidad como también de fortaleza. Mi llamado a la vida sacerdotal es una gracia de Dios, es un servicio al pueblo de Dios, un puente entre pueblos diversos pero unidos, un encuentro de culturas en tierras sagradas, un continuo aprender a desaprender, un encuentro de mucho amor y de mucho aprecio donde muchos corazones se convergen, muchas amistades sinceras y muchas manos amigas se abrazan, muchos rostros revelan la ternura de Dios y muchas huellas de sencillez, de lucha, entrega, de perseverancia y de esperanza se dan cita.
Por cada momento
vivido, celebrado y compartido; por cada esfuerzo sumado y por cada batalla ganada; por la presencia de Dios y los miles de rostros de niños alegres, de jóvenes
entusiastas y llenos de esperanza; de señores y señoras trabajadores,
pacientes, valientes, creyentes; hombres y mujeres de diferentes pueblos,
naciones, culturas y color que han sido motivación en mi caminar como misionero
religioso y sacerdote, elevo hoy un canto de agradecimiento a Dios en este décimo
quinto aniversario de mi ordenación sacerdotal. Gracias por la amistad, la
cercanía y, sobre todo, gracias por sus constantes oraciones llenas de fe.
Gracias al país de
Haití que me vio nacer. Gracias a la familia Derisseau Víctor, mi
familia de sangre. Gracias a la Parroquia san Juan Bautista de Trou-du-Nord
donde fui sumergido en las aguas bautismales. Gracias también a mi familia
religiosa-congregacional, CICM. Gracias a ustedes mis hermanos sacerdotes y compañeros.
Gracias al personal del Centro Betania, a la Parroquia de El Calvario de Cobán, y a todo el
pueblo de Dios.
Hoy vuelvo a escuchar el evangelio y vuelvo a escuchar
estas palabras: ¿Maestro, donde vives? Ven y lo veras. Que el señor continúe
iluminando mi vida y mi camino para permanecer con El y disfrutar de su
compañía sirviendo con alegría a mis hermanos. Así que en este día de alegría, de
felicidad y de agradecimiento, pidámosle al Señor que nos ensene sus sendas y
nos conduzca en el recto camino.
Aprovecho para saludar y felicitar al padre Gary Bastien, cicm, mi compañero de camino.
P. Maxi Charitable Derisseau, cicm
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